Un poder notarial le da la capacidad a uno o varios individuos de actuar en representación de otro para cuestiones administrativas, financieras e incluso legales. También es posible otorgar un poder notarial a una institución.
¿Cómo puede ser de ayuda dada la situación actual?
Dada la situación actual de salud global que estamos enfrentando, siempre es bueno contar con una persona de confianza que nos pueda apoyar en caso de necesitarlo, específicamente a través de un poder notarial. Con el poder notarial podemos elegir a una persona para que actúe a nombre y en representación de nosotros en cuestiones tanto generales como específicas, a fin de salvaguardar nuestros derechos, bienes o finanzas mientras seguimos practicando el distanciamiento social o nos encontramos físicamente imposibilitados para actuar por nosotros mismos, como por ejemplo a causa de una enfermedad.
Siempre es recomendable tener listo un poder notarial ya sea general o específico en caso de que por motivos de salud, distanciamiento social o incapacidad se tenga que recurrir a uno o varios apoderados que ejecuten nuestra voluntad y/o tomen las mejores decisiones a nuestro nombre.
Poderes generales y poderes específicos
Los poderes notariales son generales cuando el poderdante otorga todas las capacidades de representación que por ley puede conceder a un tercero. Las facultades comprendidas por este tipo de poder van desde la gestión de trámites administrativos, contables, legales, de negocios y propiedades del poderdante entre muchos otros.
Los poderes específicos ayudan a que el poderdante indique de forma concreta la facultad o facultades conferidas al apoderado para que obre en su representación.
En ambos casos, se puede especificar un tiempo límite para que el poder sea válido o incluso señalar un “detonante” para la activación del mismo, por ejemplo, que una persona quede inhabilitada mentalmente para tomar decisiones y que al estar clínicamente diagnosticada se active el poder conferido de representación y toma de decisiones a su nombre.
La evaluación de un experto siempre es el mejor inicio para determinar si un poder notarial es la mejor herramienta dependiendo de cada situación.
Por: Maria Campos
Abogado y Notario Publico
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